Cuando uno está pensando en viajar al sudeste asiático, a parte de las imágenes como pagodas y templos que evocan el encanto de oriente, las estampas que se nos presentan en nuestras mentes son también de playas paradisiacas vacías y salvajes; pero la realidad nos pone en nuestro sitio, y cuando viajas queda claro que este tipo de paisajes no son tan fáciles de encontrar. Sobre todo en el sudeste asiático cuando el boom turístico del 2006 puso en marcha una evolución y proliferación de servicios que todavía hoy en día se sigue desarrollando. Este impacto de viajeros, sumado a la incesante información que podemos encontrar en las redes sobre lugares inexplorados y playas remotas, hace que las playas que en su día fueron inaccesibles, no lo sean tanto, ni estén tan vacías.